Durante miles de millones de años, el mundo de Loregok se estableció en el universo como lo hacen todos los planetas: un disco plano con su sol girando alrededor. Con el tiempo, surgió la vida y aquello que no fue devorado por otras criaturas se convirtió en los humanos, trols, dragones y demás seres que existen hoy en Loregok. Pero, por muy fantástico y emocionante que suene todo esto, aún faltaba algo…
(antes de Meat)
En el árido paisaje de Loregok han aparecido misteriosamente millones de televisores. Las pinturas rupestres marcan la llegada de los televisores, que solo emiten una imagen fija.
Desconcertadas por el propósito de estas extrañas «cajas luminosas», las antiguas civilizaciones las emplearon de manera inapropiada como vivienda, utensilios de cocina, accesorios de moda e incluso receptáculos de aseo personal. Esta época se considera la menos entretenida, pero paradójicamente, la más provechosa para la civilización.
... nadie conocía el verdadero propósito de los televisores. Pero aquello cambió con Floksar el Inestable. Todos los días, Floksar se sentaba frente al televisor, animando y abucheando con entusiasmo la parpadeante pantalla con una imagen fija.
Grandes multitudes se reunían para ver a Floksar despotricar y gritar, iniciando debates sobre qué era exactamente lo que creía estar viendo.
Al final, se desató una pelea entre los miembros del público y, en un milagroso giro de los acontecimientos, ¡todas las televisiones de Loregok comenzaron a retransmitir la refriega! Esta pelea y todas las posteriores escaramuzas retransmitidas por las televisiones se hicieron tan populares que la sociedad demandaba un flujo constante de entretenimiento violento. ¡Así había nacido King of Meat!
Las primeras versiones de King of Meat eran peleas a puñetazos bastante simples y sangrientas en los campos de los alrededores de Floksar. Desafortunadamente, estaban muy cerca del hogar de Kommodus el Komstructor, a quien le gustaba estar aislado.
Como no podía ser de otra manera, la pelea pasó al patio trasero, al taller y, finalmente, al dormitorio. Kommodus, como buen constructor, comenzó a crear sistemas de seguridad cada vez más elaborados, llenos de trampas, fosos de lava, demandas judiciales y guardias para intentar mantenerlos lejos de su casa.
Los grillados, los terroríficos enemigos a los que se enfrentan los contendientes en la actualidad, no siempre han sido sus oponentes. Durante un tiempo, son los grandes cronistas de la historia de King of Meat, con el jefe Morgmandamus entre ellos.
Toda la acción de cada juego se grababa esmeradamente en jeroglíficos «jugada a jugada» que permitían a los aficionados seguir los juegos y a los contendientes presumir de sus logros. Esta edad de oro terminó de forma trágica, cuando Morgmandamus publicó un revelador mural de jeroglíficos donde comparaba a varios contendientes con ciertas partes del cuerpo bastante embarazosas.
